María Dolores Almagro se pone al frente de la Confederación Española de Alzhéimer (CEAFA), al asumir la presidencia de la organización que agrupa a las 324 asociaciones que prestan servicio a quienes padecen la enfermedad u otras demencias en toda España. Almagro ha sido hasta ahora vicepresidenta de CEAFA con el mandato de Cheles Cantabrana, a la que ahora releva. Muy vinculada a Málaga, donde reside, empezó su labor como voluntaria de alzhéimer en 2010 con la fundación de la asociación AFA Contigo Alzhéimer Motril, desde la que pasó a la Federación Granadina de Asociaciones de Alzheimer y posteriormente la Confederación Andaluza de Federaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias (Confeafa).
La nueva presidenta de CEAFA refuerza el peso de Andalucía en la organización treinta años después de la presidencia de la malagueña Paloma Ramos, impulsora de la lucha contra el alzhéimer en Málaga. Para Almagro, que asume su nueva responsabilidad con «ilusión» por todos los retos que la organización y las familias tienen por delante, hay tres grandes líneas de actuación en el mandato que ahora comienza: «De un lado, debemos alcanzar la política de Estado sobre demencias más allá de un plan nacional concreto; tenemos que lograr que haya una política estatal sobre alzhéimer, al margen del partido que gobierne en cada momento».
Además, entre sus prioridades se encuentra la de «fomentar y potenciar la atención temprana» en las personas que puedan padecer alguna demencia. Y como tercer pilar de sus propuestas de actuación para los próximos años, Almagro fija como objetivo la investigación. «Toda la investigación -añade-, la social y la científica. Debemos poner en valor las terapias no farmacológicas que damos en las asociaciones, sobre todo en un escenario en el que a nivel científico llevamos 25 años sin avances relevantes».
