Las estadísticas no engañan. La realidad sobre la que muchos vienen advirtiendo se va constatando año a año. Cada vez envejecemos más, aumenta nuestra esperanza de vida y, en consecuencia, nos enfrentamos también a todos los problemas de salud asociados a una vejez más longeva. La Fundación Pasqual Maragall lanzó ayer un SOS a propósito de los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística: aumentan las muertes por demencia en España. De hecho, es la causa que más repunte experimenta en 2018 respecto al año anterior. En este enlace se puede leer la noticia completa.
Lo cierto es que, mientras esta realidad deja de ser un futurible y se convierte en un presente ya incontestable, los gobiernos no reaccionan. Sobre la mesa hay un Plan Nacional de Alzhéimer, que el Gobierno central consensuó con todas las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial de Salud (ver noticia de octubre aquí). El problema es que ese documento, que traza las líneas maestras de actuación entre 2019 y 2023, nació sin un céntimo de dotación presupuestaria, lo cual es lo mismo que vender humo en papel mojado.
Es de esperar que, una vez superado el largo de periodo de bloqueo político, el actual Gobierno active de una vez un plan que urge ante un problema social de primera magnitud. Entre otras cosas, porque ya se lleva mucho tiempo de retraso y, como ratifican las estadísticas, irá adquiriendo mayor dimensión con el paso de los años.