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AFA Málaga, volcada con los enfermos de alzhéimer en tiempos de pandemia
diciembre 18, 2020

El centro terapéutico de la Asociación de Familiares de Alzhéimer y otras demencias (AFA Málaga) sigue al pie del cañón para luchar contra el deterioro cognitivo de los enfermos de alzhéimer pese a las dificultades derivadas de la pandemia. Desde su reapertura en julio, las instalaciones de Camino de los Almendrales han adaptado la organización y los servicios que presta a las exigencias de seguridad sanitaria que impone el Covid-19. Miriam Sierra, psicóloga del centro, explica que, con el objetivo de retrasar el deterioro cognitivo y físico del enfermo y, en consecuencia, evitar que se multiplique su dependencia, la estrategia principal ha sido “retomar la estimulación global del usuario”. Eso sí, condicionado por las limitaciones de recursos que exige la seguridad ante el virus. “No podemos hacer tantas cosas como antes, pero intentamos que ellos lo noten lo menos posible”, agrega.

Para ello, el centro ha diseñado un plan de trabajo específico que garantiza la seguridad de los usuarios. Aparte de las normas generales como la limpieza extrema y constante del edificio, el uso permanente de mascarillas en usuarios y profesionales y el resto de medidas generales impuestas a la población, en AFA Málaga han rediseñado su estructura de atención. “Trabajamos con sistemas de burbuja”, explica la psicóloga. “Cada sala de trabajo va a tener siempre el mismo personal técnico y auxiliar, de manera que si se da un positivo, se aísla y se pone en cuarentena a ese grupo, pero el resto de grupos sigue funcionando”. “De esa manera -detalla Miriam Sierra- conseguimos que no haya contagios entre grupos”. Además, en cada sala el material es personalizado e individual. “El material que utiliza cualquier usuario está marcado con su nombre, no se comparte nada”, matiza esta profesional, que destaca además que no se utilizan las zonas comunes para evitar contactos.

Para poder llevar a cabo todo este plan anti-Covid, el centro ha readaptado además sus horarios, según explica la psicóloga del centro: “En un primer momento de la reapertura, se incorporaron los usuarios de plazas concertadas en horario de 9.30 a 17.30 horas y luego se han ido incorporando talleres para plazas privadas entre 9.30 y 13.30 horas”. “Las actividades se dividen en tres tramos: la primera parte de la mañana la dedicamos al trabajo cognitivo, con la estimulación, lenguaje, memoria, etc; posteriormente trabajamos la parte física del usuario y el final de la jornada se dedica más al entretenimiento, es la parte más lúdica, con actividades como la musicoterapia”, desarrolla Sierra. “Después del almuerzo hacemos también algunas actividades con los que se quedan a comer como, por ejemplo, estimulación”. En síntesis, concluye Miriam Sierra “lo que hemos hecho es homogeneizar los horarios para evitar trasiego de personas”.

Usuarios en las instalaciones de AFA Málaga.

Todo este trabajo se lleva a cabo en salas en las que se ha reducido el aforo. “Hemos adaptado también los espacios, con límites de 16 personas de máximo por cada sala de trabajo”, indica. “Sí utilizamos en algunos casos el patio como actividad al aire libre”, agrega esta experta, que ha detectado sobre todo problemas de movilidad entre los pacientes tras el confinamiento domiciliario de la primavera. “Es lo que más hemos notado. Ha habido muchos cambios físicos, incluso entre los usuarios que están en las fases iniciales de la demencia”.

Y eso que el centro no suprimió la atención durante la cuarentena del estado de alarma. Miriam Sierra relata que estuvieron asesorando a las familias mediante seguimiento telefónico. “Teníamos una persona de contacto por cada grupo de familiares para hacer el seguimiento, y fue nuestra manera de estar todos conectados, aunque es cierto que lo que no hemos podido retomar aún han sido las terapias de familia”.

Usuarios en actividad al aire libre.

En la misma línea se expresa la presidenta de la asociación, Paloma Ramos: “Hemos podido abrir lo justito que la Junta nos ha marcado y poco más”. “Nosotros atendemos de forma presencial a un tercio de los usuarios que teníamos; el otro tercio tiene miedo y está en sus casas y el otro tercio lo atendemos a domicilio”, detalla Ramos, que advierte: “Es el esfuerzo que hacemos, pero evidentemente la atención a domicilio no es igual que la presencial”. También resalta cómo los principales cambios que han detectado en la vuelta a la actividad han sido “más físicos que cognitivos, aunque la huella cognitiva del confinamiento en los enfermos de alzhéimer sigue ahí”, agrega.

Por ese motivo, explica Paloma Ramos, la estrategia a nivel andaluz de todo el colectivo de familias pasa por reactivar la dependencia. “Hemos detectado que hay un cuello de botella en la valoración que hacen los ayuntamientos, lo cual agranda la cifra de personas dependientes en espera de recibir una ayuda o una plaza concertada”. “Este retraso -advierte- está provocando una bolsa de mayores que se están deteriorando. Si está ocurriendo con los mayores sanos, imaginemos lo que puede estar pasando con los que sufren una demencia”. Por eso, las asociaciones andaluzas están insistiendo a la Junta para que se eliminen trabas burocráticas y se agilice la tramitación de los expedientes. “Ahora mismo es una prioridad”, subraya la presidenta malagueña.

Uno de los talleres de la mañana.