España camina irremisiblemente hacia un horizonte de población envejecida. Hace ya años que la tasa de natalidad no para de descender en un contexto de un aumento cada vez mayor de la esperanza de vida. Con esa ecuación, España avanza hacia un 2050 con la tasa de dependencia más alta de toda Europa. La advertencia la hizo ayer el director general de Economía del Banco de España, Óscar Arce, durante la sesión inaugural del foro organizado por la Fundación Edad&Vida. En una noticia que recoge Diario SUR de Málaga y que firma Edurne Martínez, el dirigente del organismo regulador advierte de que «una sociedad más envejecida afectará directamente al consumo, a la inversión, al empleo, a la productividad y a los salarios y precios» y, en consecuencia, las políticas económicas deberán adaptarse a ello.
El escenario que presentó Arce es claro: el incremento de la población mayor de 65 años en España «no tiene parangón» en la historia de nuestro país. Así, de 1960 a 2010 se ha producido un aumento del 12% en esta población, pero hasta 2060 el incremento será del 34%, tres veces más. Es decir, donde ahora hay un pensionista por cada tres personas en edad de trabajar, en unos años habrá dos por cada tres. Por todo ello, el Banco de España asegura que el envejecimiento tendrá un efecto directo sobre el crecimiento potencial debido a las menores tasas de empleo e innovación.
Esta realidad, conocida hasta ahora y sobre la que se lanza una nueva advertencia desde sectores económicos, sitúa a las demencias en general y al alzhéimer en particular, como un problema de primera magnitud ya que, como recuerda la Confederación Española de Alzhéimer (Ceafa), se trata de una patología ligada al envejecimiento que aumenta en mayores de 65 años, con una prevalencia del 7% en este segmento de edad y cercana al 50% en los mayores de 85 años. En la actualidad, las cifras oficiales estiman que en España hay unas 1.200.000 personas diagnosticadas de una enfermedad cuyo impacto alcanzaría los 5 millones teniendo en cuenta a la familia. Para 2050, la previsión de la Organización Mundial de la Salud es que el alzhéimer afecte a 131 millones de personas en todo el mundo.
Ante esta situación, cuyo agravamiento progresa año a año, se hace más urgente que nunca atender a las demencias con políticas activas de prevención y asistencia clínica e invirtiendo sin descanso en la investigación. Es una epidemia del siglo XXI.